"Francia mete a sus estudiantes en contenedores"
Un
interesante proyecto en Francia para hospedar a los estudiantes en contenedores,
esto se llevara acabo en Le Havre (Alta Normandía – Francia). Donde
antes había trajín de marineros y venta de pescado ahora habrá libros y fiestas
estudiantiles.
“La idea
de instalarme en un antiguo container me hace hasta gracia, aunque en realidad
por dentro son estudios normales. Para mì lo mejor que tiene este edificio es
que todos los estudiantes que vivimos aquì somos nuevos asì que es una
oportunidad para conocer gente”, explica Eloise (estudiante
de economía de Le Havre).
Aunque
dormir en lo que antes fue un contenedor puede parecer a priori poco atractivo,
este nuevo barrio, bautizado como ‘Cité A Docks’, pretende ser la envidia no
sólo de Le Havre, sino de toda Francia. Construida según criterios ecológicos y
medioambientales, la estructura presume de diseño ‘cool’ y
equipamiento.
Los
contenedores -asilados y equipados- están dispuestos en torno a unjardín
interior sobre una estructura metálica de cuatro niveles que se comunican
mediante pasarelas. Según el estudio de arquitectos encargado de su
construcción, el proyecto “pretende ofrecer al estudiante un nuevo espacio
de vida original, moderno y diferente del de las tradicionales
habitaciones de la ciudad universitaria”.
Atrás
quedan los insípidos cuartos de residencia. De puertas para dentro, los
estudios tienen una superficie de 25 metros cuadrados (las
habitaciones en la ciudad universitaria cuentan con sólo 18 m2) y están
equipados con un baño, una cocina americana y una habitación-despacho. Además,
están aislados, insonorizados y tienen conexión wifi. Los más afortunados disponen
de balcón con vistas al puerto.
“Por fuera
la primera impresión nada más verlos es que son fríos y poco acogedores, pero
el interior es como el de cualquier habitación. Es incluso mejor porque tienes
tu propio espacio, mucho más moderno y mejor equipado”, explica Eloise, recién
instalada.
La ‘Cité A
Docks’ fue inaugurada por la oficialidad a finales de agosto sobre unos
terrenos cedidos por la Villa de Havre. presume de diseño pero también de
conciencia eco, ya que se ha construido siguiendo criterios de alta calidad
medioambiental y de ahorro energético. Además, al tratarse de estructuras
recicladas, se han levantado en seis meses, la mitad de tiempo que una
residencia normal.
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